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unlugardondearder

Escribir

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El otro día charlaba con un escritor. No diré su nombre, porque si no parecería un post sobre lo guay que soy y la gente tan interesante con la que hablo, y el mensaje de verdad se perdería como las famosas lágrimas en la lluvia, como el barro que se va desprendiendo de tu zapato en un día de lluvia. Pisas un alcorque, se impregna en tu zapato. Algo parece que queda, pero cuando llegas al 'Welcome Home' que reza tu felpudo se desprende y se queda esperando que alguien lo trasplante de nuevo. Tal vez se quede ahí para siempre y nadie lo atienda más. El tipo con el que hablaba se gana la vida escribiendo. Me pidió unos textos, porque le gustó mucho el guión de la entrevista que le hicimos, y porque compartíamos referentes. Pero en un momento de mi charla con él no pude menos que decirle que no era escritor, que en la puta vida me iba a poder ganar la vida escribiendo únicamente, porque no tengo la paciencia ni el talento suficientes. Él rió. Recuerdo cuando comencé COU. Soñaba con vivir escribiendo. Ahora veo mi sombra reflejada en ese barro del zapato que cayó tras un puntapié inmisericorde y recuerdo las palabras de Pacino; no se cambia, se pierde fuerza. ¿Me gustaría vivir escribiendo? A quién no, supongo. El verdadero problema es que me afectan demasiado las cosas y no logro exorcizarlas a través del teclado, como me pasaba antes. Ya veremos hacia donde sigo caminando.

2 comentarios

El de la mesa junto a la puerta -

Menos rollo y a escribir, joder. Que a este paso vas a acabar convirtiéndote en un comedor compulsivo de porras. Un abrazo.

Lauri -

En tu felpudo no pone nada... Hay flores!!! Y... te ganas la vida escribiendo, pero no historias largas, sino breves reseñas. Tu palabras no forman un libro, se transforman y dan lugar a que se creen otras nuevas. También eso es bonito ¿no?