La empresa y los mecanismos cerebrales

Parece el título de una tesis de Empresariales. Pero no. Desde hace unos días llevo dándole vueltas a un asunto que me tiene preocupado. Y ayer después de hablar con una persona a la que quiero mucho pero con la que no conecto demasiado ultimamente saltaron todas mis alarmas. Trabajo en una empresa ruinosa, en la que antes que yo había en mi puesto una persona a la que yo quería mucho. Por circunstancias de la vida él ha conseguido una estabilidad excelente, crear una publicación propia y marchar a otro medio de comunicación más potente y con más posibilidades económicas. El caso, y a lo que viene todo esto, es que la persona que se ha sentado en la silla tiene una visión del trabajo y de la empresa que no comparto en absoluto, lo cual me quita el sueño. No somos los trabajadores peones, no somos pequeños engranajes, no somos medios de producción. Somos personas, con sus cosas. Las personas, que para trabajar se esfuerzan. Las personas, para las que vale más un sentimiento que un euro. Las personas, que tienen el coraje de escoger lo que menos les conviene para estar al lado de otras personas en momentos difíciles. Eso son las empresas. Las personas son las que merecen la pena y por las que es viable una vida dedicada al trabajo. Los equipos son lo fundamental, no los medios de producción.
Me siento jodido en la situación en la que estoy, y lo sabes. No veo salida, y lo sabes. Y tu forma de pensar y de actuar no me ayuda. Y también lo sabes. Aunque es cierto que no tienes responsabilidad sobre nada.

1 comentario

[Lauri - 21 de junio de 2005 - 09:39]

Has cambiado el diseño!!!! me gusta más así. Hacía mucho (un par días) que no me metía a leerte.
Ya sabes que estoy contigo. Me parece ridículo y poco productivo. Además, otra cosa no, pero precisamente el periodismo es todavíauno de los pocos trabajo de manufactura humana... hasta que las máquinas aprendan a escribir, pensar, setir y razonar (además de sintetizar y llenar de paja un texto. jeje) por lo tanto, la gente sí que cuenta y mucho. Especialmente cuando es una redacción pequeña. Sobre todo cuando los jefes no se están portando correctamente. Sin lugar a dudas, porque cualquiera puede verse beneficiado del apoyo común o perjudicado de la indiferencia general.
Es difícil enfrentarse a las injusticias en una empresa, pero si además estás sólo, al final es imposible.
Si no tienes las pelas, algún día el puteado puedes ser tú.