Decía Alberto San Juan, el taxista de El otro lado de la cama, en esa guerra de tópicos que tiene al final de la película con María Esteve que uno puede estar rodeado de gente y sentirse solo. Las condiciones vitales de mi grupo de gente me hacen sentirme un poco de esta manera. Bitter Sweet Symphony that is life. Ahora no es tan fácil quedar, no es tan sencillo como lo era siempre. Casi todos trabajamos. Entre semana me es imposible hacer nada con los demás porque yo tengo un horario de mierda, y los viernes acabo reventado y muchas veces no tengo el ánimo suficiente como para desplazarme hasta mi antiguo barrio y volverme en taxi a las tantas de la mañana gastándome un pastón. Además los planes siempre se hacen con poca antelación, como los hemos hecho siempre, pero sin tener en cuenta que a mi me supone un esfuerzo extra el enterarme con un ratillo. Es un poco complicado. Me siento un poco aislado y no sé si tendré yo la culpa en el fondo, por lo que mesiento un poco peor si cabe. Vaya puta comedura de coco que me he soltado hoy. El nene este, por cierto, se llama Peter Rowan, y es quien sale en la portada de BOY y de WAR de U2. También sale en The Commitments, y si no la habéis visto, hacedlo.
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Bueno, suerte