Y más aún después de volver a visitar Nueva York. Qué gran tipo. Hay pocos directores en la historia del cine que sea capaz de crear tanta admiración en mi. Me parece un realizador inteligente, profunto, veraz. Un tío que no trata de engañar con sus películas. Escribe siempre sobre lo mismo y siempre hace obras de arte. Porque las películas de Allen, como todas las obras de los más grandes, son trascendentes. No son sólo comedias. Es un punto que sólo Wilder era capaz de tocar antes que él. Lo que pasa es que llegó el señor de Brooklyn con sus gafas de pasta y su metro cincuenta y le dio una vuelta de tuerca a las historias. Te ríes con ganas. Pero te entran ganas de llorar con muchas de sus historias de tipos torturados e inseguros. Si nunca te has sentido identificado con un personaje de Woody Allen es que eres un tipo con suerte. Pero si nunca te has sentido identificado con un personaje de Woody Allen, eres un tipo desafortundo también, porque nadie sería capaz de conocerte tanto como él. Id a ver Melinda & Melinda. Luego me contáis.
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